miércoles, 28 de noviembre de 2007

Cuando el Medio Oriente conoció a su Annapolis















Y aquí vamos otra vez:
George W. Bush, tratando de arreglar el legado negativo que dejará su presidencia en 13 meses cuando salga de la Casa Blanca, convocó esta semana a una reunión internacional para lograr de una vez la Paz en Medio Oriente. Siguiendo el plan que creó, la famosa "Hoja de Ruta", invitó a todo tipo de líderes del Mundo, incluyendo a Rusia, la UE y la Liga Árabe, además de los principales involucrados: La Autoridad Palestina, Israel y Siria. La conferencia terminó ayer 27, con una declaración conjunta, en la cual los gobiernos de Palestina e Israel acuerdan comenzar una nueva ronda de negociaciones bilaterales, tan pronto como diciembre de este año. Siria mientras tanto se abstuvo de decir nada, ya que su petición de que las Alturas del Golán sean devueltas fue rechazada (por ahora) por Israel. Pero veamos punto por punto que se esta jugando en este partido:

EE.UU: Durante el ochenio de Bush, la imagen de los Estados Unidos ha caído por su intervención en Irak y la agresiva política internacional en Medio Oriente. Esta iniciativa es en parte la oportunidad de revaluar su valor como ente "mediador". Ah si, no encuentran a Bin Laden todavía.

Mahmoud Abbas: Primero tiene que lidiar con lo que tiene en casa, un país dividido por los territorios de Cisjordania, controlados por el Fatah, y Gaza, controlada por el Hamas. Y llegar a obtener concesiones territoriales y el ansiado "derecho de retorno palestino" son formas de lograr liberar algo de presión.

Hamas: A ellos la paz no les interesa, porque su negocio está en la guerra de baja intensidad, mientras ganan adeptos aprovechando las carencias sociales de los palestinos. Mientras, Gaza es suya.

Siria: Quiere el Golán si o si, pero primero tiene que convencer que no intentará nada en el futuro y dejará de intervenir sólo o vía el Hezbollah en el Líbano. Pero de todos los problemas, este es el que menos preocupa a Israel.

Liga Árabe: Tremenda disyuntiva. Primero, los países árabes, liderados por Arabia Saudita, tienen a EE.UU. como principales clientes, pero a su vez quieren eliminar la influencia de su principal enemigo Israel.

Iran: No fueron y consideran todo un show mediático. En lo segundo tal vez están en lo correcto, pero se están comenzando a quedarse sólos en la región, debido a los roces entre Sunnitas y Chiítas.

Ehud Olmert: Quiere llegar a acuerdos rápidamente antes que termine de perder el apoyo de los partidos más liberales israelíes. Pero enfrenta mucha presión interna, ahora que la derecha y los partidos religiosos están aglutinados alrededor del ex-primer ministro, Benjamín Netanyahu.

Jerusalém: Se mira pero no se toca. Tema complicado, ya que concentra muchas de las raíces de los problemas religiosos que asotan la región. Al parecer, o nadie quiere tocar el tema, o no están ni remotamente cerca de lograr una solución.

Pero cómo se sabe, el mundo no se hizo en un día (en 6 o en cientos de millones, allá tú) así que 6 décadas de conflicto no se van a resolver en 1 semana, lo más probable es que se necesiten 2 generaciones de conversaciones y actuar en otras áreas como la cultural o social, para poder tener la violencia de ambas partes. Pero hay buenas señales: Por primera vez la Liga Árabe conversa con Israel y estos a su vez se ven dispuesto a conceder bastante territorio, debido en parte a que no hay muchos más judios que meter en Israel. Si bien el tema del estado binacional (y en su efecto multicultural) parece que cobrara fuerza cada vez más, ambas naciones se tratan una a otra como diferentes. Pero al menos se dan la mano cuando se saludan.

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