domingo, 30 de setiembre de 2007

Hablando Chino


Si bien se dio la interpelación y posterior petición de censura contra el Ministro del Interior, Luis Alva Castro, hay cosas que no entiendo. No es que sea tonto o algo así, pero hay cosas que escapan el sentido común. Si bien no soy ducho en las leyes y el derecho (y como le decía a Godoy; “no estoy contaminado todavía”) algunas cosas simplemente escapan cualquier entendimiento, y se sitúan en el mismo espacio mental que las apariciones fantasmas, los avistamientos de los OVNIS o la idea que Monique Pardo fue joven alguna vez. De verdad, no importa cuanto tiempo me lo pueden explicar o cuanto tiempo esté frente a la pantalla, no va a entrar en mi mente de manera lógica y coherente.
Más allá si la censura progresa o no, voy a volver algunos pasos y ver algunos puntos específicos que me hacen gritar WTF!.
Sabemos que Pilar Mazzetti la quiso hacer linda con las ambulancias y los patrulleros, y fue removida tal vez por viva, tal vez por no querer compartir con los compañeros, pero desde ahí la prensa puso un ojo a todas las licitaciones que hacía la cartera del Interior. Entonces resucitado Alva Castro (mismo Lázaro, gracias a nuestro Mesías el Godzilla y sus 12 apóstoles; ups, ¿Removí algún nervio?) hizo un par de licitaciones. Bueno, sabiendo que los ojos estaban puestos encima de esto, igual se cometió una serie de errores, que están de más explicar aquí (ver más), no tienen perdón de Dios. Pero de verdad, hay que ser o bien tontos o bien angurrientos para cometer semejante descalabro. Primero, comprar unos patrulleros que rivalizan con los juguetes de mi hijo, a un consorcio desconocido unido a un distribuidor de armas de fuego, y para colmo de males, poner 3 talleres de barrio como los centros autorizados de reparación. De verdad, o hay que ser recontra-hiper-abusivamente-ingenuos o hay trafa de por medio. Nada de subasta inversa ni ocho cuarto. Es el colmo.
Y fuera suficiente, comprar pertrechos sobrevaluados, y luego decirle al congreso que no se compra nada desde que yo estaba en el congreso, oigan, creo que alguien tiene amnesia ciertamente. La frescura con la que todo esto ha pasado me da urticaria, al punto de que no quise ver ni un segundo de la dichosa interpelación, por salud mental. Ahora, el asunto más relevante de esto es la nueva alineación del congreso, con el APRA yendo casi solo, y con la oposición que no juega con los fujimoristas. El precario balance lo pone (Des)Unidad Nacional, que le ha dado hasta el lunes para remover a los responsables. Creo que piden mucho, porque aquí claramente hay alguien llamando los tiros. Y sí hay algo que no entiendo todavía: ¿Por qué seguir jugando al Frankestein?

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