martes, 25 de setiembre de 2007

Póquer de Ases

4 Grandes cosas que hay que tomar en cuenta sobre el juicio a Fujimori:


1. La carta de la enfermedad: Y claro, siempre funciona. Le sirvió a Pinochet hace unos años y ahora Fujimori se la está jugando por ella. Primero dicen que le quitaron sus pastillas para la presión, luego salen con el hecho que se está muriendo. Mejor, así hacen los juicios más rápidos.

2. La carta del chantaje: Sale Carlos “mapache feo” Raffo a decir que ya no van a apoyar al APRA en el congreso por los atropellos contra su jefe (ver punto 1). Entonces el APRA corre solo. Al menos que quieran hacerles caso, digo.

3. La carta de la movilización: Si no les fue suficiente tomar el Palacio de Justicia, las afueras del aeropuerto y demoler el Ojo que Llora, amenazan con poner en jaque el sistema movilizando más gente. Pero señores, ¡Qué gente!

4. La carta de la suciedad: Además de todo lo anteriormente mencionado, también se la juegan con que Fujimori va a embarrar a mucha gente en el proceso; no por nada hace meses que no atacan a Montesinos, y este a su vez sigue cerrando la boca. Esta carta es la más peligrosa, porque hay gente en el gobierno que tiene miedo de ella.

Si bien los fujimoristas piensan que es un combo ganador, hay muchas cosas en contra. Así como ayer hablé de símbolos y su importancia, los ojos del mundo están puestos sobre este asunto. Y por más que la agenda no debe Fujimorizarse, tampoco hay que ignorar la relevancia de los juicios como un elemento renovador. Godoy citó ayer a Hannah Arendt, la cual refería que los juicios a Eichmman fueron para Israel una especie de remezón moral, debido al significado del Holocausto. Y yo ahora cito a mi ex profesora, Giselle Velarde, que alguna vez dijo que este país nunca había sido fundado de verdad, debido a la falta de un punto en común que una a todos, absolutamente todos los peruanos, ya sea por sentimiento, importancia o valor. Si bien estos juicios no lo lograrán debido a que existe un grupo de ultraderecha que se resiste a aceptar la indignación general, podría ser un buen comienzo. Sólo queda esperar que sea un juicio justo, y que tenga la importancia que se merece.

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