lunes, 15 de octubre de 2007

Nociones de democracia.

Yo recomiendo hacer un ejercicio muy entretenido; cualquier día de la semana, de madrugada después de las 12, pónganse a escuchar RPP. Ahí, en el programa que va en esa hora hay un segmento en el cual el público oyente puede hacer gala de su opinión. Es más, si el tema es libre, no faltará algún fanático y su correspondiente detractor de Fujimori. La verdad es entretenido escuchar como ambos lados argumentan, pero lo más interesante, que escuché ayer, fue las paupérrimas nociones de democracia de mucha gente.

Si bien las ideas van y vienen, noté que mucha gente no entiende cómo funciona todo esto. Creo que el primer factor fundamental es la escasa noción de la ley, teniendo como joya de la corona a una Constitución que es letra muerta, que nadie parece seguir o aplicar. Lo segundo es la total ignorancia sobre el sistema político que empleamos, al punto que todo lo que se enfocaba en Fujimori era sobre los crímenes que se le imputan.

No me sorprende que en un país como el Perú, en donde las autocracias se han interpuesto entre periodos de estabilidad democrática. Además lo que tenemos es una democracia representativa; una democracia directa, en donde cada ciudadano tiene injerencia directa no sólo en la creación de leyes o pactos sociales, sino también en su ejecución y aplicación, es básicamente irreal. No sólo debido a la poca costumbre democrática de los peruanos, sino que, sin mucha creatividad y con una población enorme en término reales, este sistema sea idóneo por ejemplo, para niveles micro y locales.

Si bien lo que tenemos es representativo, mucha gente no llega a entender como funciona a ciencia cierta. Cuando escucho hablar de Fujimori (o de Alan o de Toledo o un largo etcétera), escucho hablar de una figura casi mítica, un símbolo semidivino que es la Presidencia de la República. Pero así como el Presidente es una figura estatal, en una democracia representativa es un empleado público: Mediante las elecciones nosotros los ciudadanos los elegimos para que guíen a la Nación a nombre de todos. Igual caso con los Congresistas, que amparados en sus inmunidades, cometen todo y me refiero a todo, tipo de atropellos.

Más allá de los crímenes imputados, Fujimori fue de frente contra la democracia. Destruyó esa idea básica la cual dice que tiene que actuar para los intereses de los ciudadanos. Me imagino que mucha gente en 1990, no lo eligió para que dirija Comandos de aniquilamiento, ni tampoco para que de una CTS ilegal o invada un departamento y se robe 40 maletas. Tampoco lo eligieron para que dinamite el sistema en que vivimos y tratamos a duras penas de mantener, a pesar de los desvaríos del Rey Sol. Ese es un crimen aún mayor y no contemplado del todo en la Constitución que ¡Oh sorpresa!, sus secuaces redactaron: El abandono de la democracia en nombre de una autocracia manejada por él, su socio Vladimiro Montesinos, unos cuantos partidarios y la espada mayor: El ejército.

Cuando escucho a esta gente, me pregunto si saben de qué hablo. Yo, por el bien de este sistema, al que Churchill solía llamar “La democracia es peor de todos los sistemas políticos, con excepción de todos los sistemas políticos restantes” espero que si.

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